Por allí resopla

Por alli resoplan Lucia Lainz Argentina fin del mundo

 

Resoplan los vientos en Tierra del fuego, resopla el “Pampero”, un viento del este que apaga los fuegos. Resoplan las Yubartas que cruzan el canal “Beagle” y que pudimos avistar desde el barco mientras navegamos hacía la bahía de Ushuaia, cuando al caer la tarde, regresamos de visitar a los pingüinos de la Isla Martillo.

 

El viaje comenzó con un plácido vuelo Madrid-Buenos Aires. Dos días en la ciudad porteña dan mucho de que hablar y os lo contaré en otra ocasión. Otro vuelo más agitado y turbulento nos dejó en Ushuaia y allí pasamos cinco días inolvidables. Cerca de 30.000km y 3.000 fotografías después aquí estoy frente a mi cuaderno de viaje, pensando como resumir en una página un viaje hasta el fin del mundo.

 

Mi primera impresión antes de aterrizar: la vista de las últimas estribaciones de la cordillera andina, los grandes lagos y el Canal Beagle. Empezamos la visita a la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico sur, por el puerto de Ushuaia. Hicimos reserva en uno de los barcos que realizan la navegación por el canal ,con parada en el Faro del fin del mundo donde habitan los leones marinos, gaviotas y cormoranes en armoniosa compañía, dejando a la izquierda las montañas nevadas de la cordillera Darwin y a la derecha la costa chilena y Puerto Williams, la población más austral del continente americano. Finalmente, alcanzamos la pequeña Isla Martillo ,donde hasta principios de abril se pueden ver los pingüinos antes de su migración otoñal.

 

La sorpresa fue avistar dos ballenas jorobadas navegando por el canal, un espectáculo maravilloso que apenas pude captar, pues no llevaba el equipo adecuado. Sin un buen teleobjetivo y a la distancia justa para no molestarlas, imposible registrar el momento con mi 35mm, ligero y luminoso más apropiado para fotografiar los paisajes fueguinos que la fauna marina.

 

La obligada visita al Parque nacional de Tierra del fuego, las ruta hasta Laguna Esmeralda y la caminata del Hito XXIV hasta la frontera chilena. El paseo por Costa Susana hasta la Bahía Cucharita, atravesando los bosques de Lengas, parientes patagónicas de nuestras Hayas en pleno esplendor otoñal, bordear el Lago escondido, avistar pájaros exóticos como los Caranchos, los Cauquenes, el águila mora, el Comesebo Andino de pecho amarillo o los incansables pájaros carpinteros, fue un todo un placer para los sentidos.

 

Conducir por las pistas del parque y encontrarte con un zorro plateado, cerca de la hermosa Bahía Lapataia, llegar hasta el Paso Garibaldi para ver el inmenso Lago Fagnano. Subir al Cerro Martial, y tomar una sopa de verduras con unas ricas empanadas.

 

Y visitar el Buque Hespérides de la Armada española, recién llegado de la base española en la Antártida gracias a un buen amigo gallego, curtido marino y compañero de mi hijo Miguel, que nos explicó con todo lujo de detalles la interesante labor, que los científicos españoles desarrollan en el continente antártico. Mientras nos enseñaba todos los rincones del barco, nos contaba algunos aspectos de su trabajo y la vida en la Antártida, así como la complicada travesía que acababan de pasar en la navegación desde la base española hasta el puerto de Ushuaia al terminar la campaña unos días antes.

 

En fin, podría contaros mil anécdotas de nuestra breve estancia en Tierra del fuego, pero prefiero que podáis disfrutar del viaje viendo algunas de mis fotografías. Ha sido este un viaje en familia y tengo que agradecer a mis hijos Cecilia y Miguel su ayuda y colaboración en esta visita al fin del mundo en el que hemos conocido lugares y personas maravillosas. Hemos aprendido mucho y yo al menos he renovado mi fe en el futuro del planeta, contemplando la belleza que ofrece la naturaleza en lugares como éste, alejados de las grandes urbes. Es necesario proteger y evitar en lo posible el turismo de masas y la amenaza que supone en ecosistemas tan frágiles.

 

Espero que el gobierno Argentino sepa tomar las medidas oportunas, para que los grandes cruceros que ya llegan hasta el fin del mundo no acaben con este santuario donde aún es posible la armonía entre naturaleza y hombre.

 

Lucía Laínz

Abril, 2025