Una apuesta arriesgada para una boda puntera y playera en la bahía de Santander que no tuvo desperdicio, la de Marta y Antonio. Eligieron casarse una tarde de junio en el Palacio de la Magdalena y celebrarlo con sus amigos en la playa del puntal.
Afortunadamente, tuvimos un tiempo excepcional y pudimos realizar un reportaje de boda único en una de las playas mas bonitas del litoral de Cantabria.
Lo que aconteció en nuestra boda playera
En primer lugar, los novios convocaron a sus invitados en el palacio para una ceremonia civil. Asistieron solo familia y amigos íntimos y así pudieron compartir con ellos un día inolvidable.
Ciertamente, llegó el novio puntual y muy elegante con su traje azul marino y corbata azul azafata. Recibió a sus amigos y esperó en el interior la llegada de la novia. Marta iba vestida para la ocasión por Trinidad Castillo con un diseño muy original de vestido corto estilo pin-up años 50, cinturón de hebilla y una sobre falda de plumetti y gasa que aportaba volumen y un toque nupcial, sin perder la comodidad y la facilidad de movimiento.
Además, llevaba un maquillaje muy natural y un recogido sencillo obra de IBAN Estilistas que completaban un look muy del estilo de Marta, sin excesos ni florituras. Por último, el detalle de un bonito ramo de ranúnculos blancos realizado por Eufloria Santander.
Sin más dilación tuvo lugar la ceremonia, que, como marca el protocolo del Palacio, fue breve, y contó con una sentida lectura de una amiga de los novios. Finalmente, una letra de una canción de Sabina añadida por el concejal que ofició el acto, puso el broche a la celebración del matrimonio dando paso a las firmas de padrinos y testigos.
Reportaje de novios a la salida de la ceremonia
A la salida de los recién casados, realizamos las fotos de grupo en la escalinata sur del Palacio y una breve sesión fotográfica en los jardines, ya que los novios estaban deseando embarcar en la lancha rumbo al Puntal y no querían perder el tiempo con posados ni largas sesiones fotográficas.
Desde el primer encuentro me dejaron claro que solo querían un reportaje fotográfico en Santander, muy breve, espontáneo y natural, mi especialidad en las sesiones de boda, por eso nos entendimos tan bien.
Así pues, rápidamente, nos fuimos al muelle y tras unas fotos de la novia y sus amigas en el espigón del Palacete del embarcadero, subimos a bordo de la lancha y partimos cruzando la Bahía hacia nuestro destino final, el chiringuito Puntal Tricio, en la playa del Puntal.
Una vez desembarcados todos los invitados aprovechamos para hacer algunas fotos a los novios a bordo de la lancha, un escenario perfecto para una sesión de fotos muy marinera, con la playa y el embarcadero de madera tan emblemático para los que vivimos aquí. Es por ello que fue una auténtica boda playera en la bahía de Santander, única e inolvidable.
Recién llegamos, dejamos a los novios disfrutar tranquilamente del cóctel sobre la arena en el chiringuito con sus invitados y esperamos realizando algunas fotos de éstos, incluido algún pájaro que se unió al convite en una tarde perfecta en la que todo fluyó como la seda.
Finalmente, para terminar nuestro reportaje de bodas, pedimos a Marta y Antonio que subieran un momento a las dunas para hacer algunas fotos más aprovechando las últimas luces del día. En esa “hora azul” que tanto nos gusta a los fotógrafos, nos despedimos de ellos deseándoles una noche feliz, que seguro disfrutaron a tope.
Y allí les dejamos, disfrutando la cena. Eso sí, nosotros, volvimos cruzando la bahía de Santander en una noche espectacular gracias a la amabilidad de mi sobrina Mariuca, que vino a recogernos en su bote para llevarnos hasta Puerto Chico.
Fotografías las justas, pero que bien salió todo y cuánto disfrutamos de esta boda, sencilla, distinta y especialmente marinera.
Gracias Antonio y Marta. Un placer compartir un día tan especial con vosotros. Espero que nuestro reportaje lo haya reflejado bien.
Cecilia y Lucía