Charter Book Nº2

fotografo santander-lucia lainz

 

En el post anterior os mostraba algunas fotografías de los fotógrafos y fotógrafas que más han influido en mi trabajo. Todos tienen una cosa en común, y es que han centrado sus mejores proyectos en fotografiar su entorno más íntimo, sus seres queridos, los lugares donde pasaron los mejores momentos de sus vidas, lo que tenían más cerca.

 

Sus obras han tenido ese componente autobiográfico, que muchas veces está presente en las obras de escritores, pintores, cineastas, poetas o dramaturgos, pues al final la mayoría de los autores se nutren de sus vivencias y experiencias más personales.

 

Unos retratan a sus amantes o se inspiran en los recuerdos de su infancia, las experiencias de su juventud o las anécdotas de sus viajes y esta es la materia prima de la que surgen muchas de sus obras.

 

Desde muy pequeña siempre he sido una ávida lectora. Luego llegó la fotografía y desde la adolescencia he ido registrando en imágenes toda mi vida. Cuarenta años recogidos en otros tantos álbumes, que guardan mis mejores fotos y algunas realizadas por amigos fotógrafos. Fotos en color, fotos en blanco y negro, fotos pintadas, reveladas por mí en el cuarto oscuro y aderezadas con recortes de prensa y revistas, dibujos, entradas de conciertos, billetes de tren o avión, tarjetas postales, mapas y toda clase de recuerdos que merecían ser guardados. A veces mis fotos llevan un pie de foto, algún comentario o simplemente un lugar y una fecha. Iba para publicista y terminé como fotógrafa, pero siempre me ha gustado contar historias con fotos o con texto, o con ambos.

 

Hace ya 18 años que hice mi primera exposición fotográfica “Material sensible”, apenas una veintena de fotos en blanco y negro que fueron hechas entre 1990 y 2010, en el pequeño catálogo de la exposición unos versos de Tomas Tranströmer:

 

“Pero eso empiezo aquí,

una canción de aquello que está cerca.

Lo que está cerca”

 

Y en ello sigo, escribiendo esta canción, añadiendo nuevas estrofas, en forma de imágenes de lo que me toca más de cerca y me gustaría compartir esas fotografías, pero siento que las exposiciones son algo efímero, su duración limitada en el tiempo apenas deja un poso y se diluyen rápidamente, por eso me gustaría, para mi sesenta cumpleaños, editar un libro.

 

Aún no sé si será un fotolibro, pero mi idea es combinar fotos y texto, un proyecto editorial sin grandes pretensiones, que recoja mis mejores fotografías desde 1990 hasta 2020, tres décadas de fotografías reposadas, que den continuidad a aquel primer proyecto expositivo, un “Charter Book Nº 2”, pocos ejemplares hechos con mucho cariño, para los que estáis cerca.

 

Me apetece embarcarme en esta aventura, no sé si llegará a buen fin, pero seguro que aprenderé mucho haciéndolo. De momento parto de una primera selección de 500 fotografías, algunas ya han sido editadas con la ayuda de profesionales de la fotografía a los que admiro y respeto, otras las voy descartando porque no se ajustan al tono general del proyecto, no son lo bastante poéticas o son demasiado descriptivas. Así, aunque me dé pena descartarlas, las voy apartando. Pero antes de rechazarlas definitivamente he pensado en compartirlas aquí y en Instagram por si os parece que alguna debiera ser indultada.

 

La mayoría forman parte de mi álbum familiar, pero para ser elegidas para el proyecto final, tienen que ir un poco más allá, la pregunta sería:

 

¿Cuándo miras esta fotografía te traslada a otro lugar? ¿Despierta en ti alguna emoción?

 

Quiero que mis fotos os hagan soñar, despierten vuestra imaginación, sé que es muy difícil de conseguir, pero me gustaría intentarlo. Por eso me encantaría saber vuestra opinión sobre estas fotos que os iré mostrando aquí y en mi cuenta de Instagram @lucialainzfoto

 

Gracias por estar ahí, vuestros cometarios serán bienvenidos.

 

Lucía Laínz