Y tras tres largos meses de confinamiento, la fotografía que se había ido gestando en cada casa, salió a las calles de la mano de iniciativas como la de PhotoEspaña, #phedesdemibalcón, que ocupó las calles y plazas de muchas ciudades de nuestro país allá por el mes de junio. Tuve la suerte de recibir de nuevo el encargo de cubrir todas las actividades de PHE en Santander, que arrancó llenando los balcones de la plaza Porticada con las fotos de un montón de fotógrafos locales que participaron con sus mejores imágenes del confinamiento. Llegó el verano, parecía que el virus perdía fuerza y salimos a las calles con ganas de disfrutar, se reabrieron las salas de exposiciones y se inauguró la exposición de Jordi Socias en la sala Ángel de la Hoz, una magnífica selección de los mejores retratos de este fotógrafo, que aún se puede visitar y que os recomiendo encarecidamente que visitéis.
Con el otoño llegó el plato fuerte del calendario expositivo de PHE en Santander, que se inició el lunes 5 de octubre en La Nave que Late, organizado por Espacio Imagen y comisariado por Feliciano López, con una colectiva en la que tuve el placer de participar con dos de mis fotografías,“Dolor de tierra verde” en torno al tema del acuciante problema climático que nos afecta en esta era del antropoceno.
Y con la llegada de PhotoEspaña, Santander se llenó de fotos y tuve la suerte de cubrir todas las inauguraciones en una semana intensa, que comenzó en Casyc Up con una retrospectiva de retratos de Pedro Palazuelos y la exposición “Silencio, mirada” que recoge los fondos fotográficos de las colecciones del M.A.S. y de la Fundación Caja Cantabria y podéis visitar en el Palacio de Caja Cantabria en la calle Tantín.
Continuamos con la inauguración en el patio del Parlamento de Cantabria de la exposición del fotógrafo canario Angel Luis Aldai, dedicado a Galdós y los paisajes que transitó en sus veraneos por Cantabria, muy recomendable también.
De allí nos fuimos a la Biblioteca Central de Cantabria donde nos esperaban otras dos exposiciones: “Quietud y vértigo” de Carmen Calvo y “Línea Dolca 2008.Irrefrenable” de Juan Uslé. Me gustaron ambas, me encantó la puesta en pared de las fotografías de Juan Uslé y me llegaron al alma algunas de las imágenes creadas por Carmen Calvo y su poética manera de reflejar la lucha de las mujeres por el reconocimiento y la libertad. Dos muestras muy diferentes, con un nexo común, la utilización de la fotografía como recurso creativo en la creación de la obra de arte.
Pero si preferís la fotografía documental de viajes, no dejéis de visitar “Magallán” un viaje a los confines de la tierra, un homenaje a los grandes marinos y en concreto al viaje de Magallanes, a través de las excelentes fotografías de Eduardo Rivas, que estará en el Palacete del embarcadero hasta mediados de noviembre.
Pero nuestro recorrido fotográfico continua y nos lleva hasta el Faro de Cabo Mayor, para visitar otras dos exposiciones, esta vez de índole más conceptual, para los amantes de la fotografía contemporánea, esta vez la foto se pone al servicio de proyectos en los que el discurso es tanto o más importante, que el acto fotográfico en si mismo. Así resulta mucho más interesante escuchar lo que el artista tiene que contarnos, que la mera contemplación de su obra y la fotografía se convierte en herramienta indispensable para comunicar el concepto que se quiere transmitir. En el caso de Rosell Messeguer “La disuasión, la marea y el límite” entra en el terreno de localizaciones geográficas y restos de emplazamientos militares ya en desuso, congelados en el tiempo y preservados de la presión inmobiliaria o turística por su carácter de terrenos de acceso limitado. Su discurso por supuesto, es mucho más complejo, pero solo intento dar una pincelada de lo que me transmite la visión de su obra tras visitar la exposición y escuchar su presentación del proyecto. En el caso de Jorge Yeregui con su exposción “Deshacer, borrar,activar”, su trabajo versa sobre la capacidad de devolver un espacio natural a su estado primigenio tras una intervención urbanística que lo degradó enormemente, la huella que la intervención humana deja en la naturaleza y el esfuerzo posterior por borrarla.
Muchas y buenas exposiciones, en salas y galerías, como Siboney, Juan Silió y Espacio Alexandra, que también han participado en el Festival Off de PhotoEspaña con las obras de: Graciela Iturbide, Pilar Cossío y Manuel Diego Sánchez.
En fin, un festival de fotografía que es un lujo para nuestra ciudad y espero que con la colaboración indispensable del Ayuntamiento,la Consejería de Cultura, la Autoridad Portuaria, el Archivo Lafuente y todas las personas que han colaborado para que esta marea fotográfica sea posible y se repita en el futuro.
No quiero despedirme sin recordar a un fotógrafo y amigo muy especial Rafa Riancho, que nos dejó este verano haciendo lo que más le gustaba, fotos, en Praia do Norte, en su amado Nazaré, fotos que podremos disfrutar en la exposición, que del 13 de noviembre al 13 de diciembre colgará en las paredes del Palacete del Embarcadero. Allí nos veremos para recordar a Rafa disfrutando con sus fotos.
Hasta siempre colega.
Lucía Laínz