Sonata de otoño

 

Así fue la boda de Andrea y Miguel en Castañeda, en un día de octubre templado por el viento sur, con los colores del otoño en su máximo esplendor, todo un placer para los sentidos. Si a este escenario añadimos una pareja tan guapa como esta, el reportaje resulta prometedor.

Cuando llegué a casa de Andrea se confirmaron mis mejores expectativas. La encontré terminando de peinarse, con su estilista Lorena Cano, ( Sololaspuntas by Lorena Cano), lista para enfundarse un precioso vestido de Bebas Closet, sencillo y fácil de llevar, muy estiloso. Remató este look tan elegante con unos zapatos color guinda de Salo Madrid, un velo de gasa y un ramito de Flores en el Columpio. Terminados los preparativos de la novia nos fuimos a la Colegiata de Castañeda para esperar la llegada del novio y sus invitados. Miguel llegó del brazo de su madre, elegantísimo con su chaqué azul de Púgil, justo a tiempo para entrar en la iglesia antes de la llegada de Andrea, que llegó guapísima del brazo de su hermano y padrino.

La ceremonia fue breve y solemne y tras las firmas de los padrinos y testigos, salimos corriendo para llegar a la Finca de San Juan con tiempo suficiente para realizar nuestro reportaje de pareja antes del anochecer.

La finca estaba preciosa, cubierta por la hiedra en tonos rojos y ocres, los caminos cuajados de hojas secas y el campo de polo con la última luz de la tarde, nos pusieron en bandeja el escenario perfecto para realizar nuestras fotografías de los recién casados. Dos modelos de excepción, Andrea y Miguel, una gozada para mí poder retratarlos en unos momentos tan especiales.

Mientras los invitados disfrutaban del aperitivo en los jardines de la finca, aprovechamos para realizar las fotos de grupo antes de pasar al comedor, que para este evento se había decorado con especial buen gusto, gracias al saber hacer de Cereza Alvear y la decoración floral de Catalpas.

Tras el brindis de los novios comenzó el banquete, donde no faltó un buen asado de cordero para agasajar a la familia del novio y sus invitados castellanos.

En este punto me despedí de Andrea y Miguel, pues al día siguiente me tocaba madrugar para realizar otra boda en San Vicente, pero les dejé bien atendidos por mi colaboradora y amiga Ana Martín, que se encargó de cubrir el resto del día hasta el inicio del baile con la buena música de Amazing Djs.

Así es mi vida, de boda en boda, feliz de que me guste tanto mi trabajo y de contar con la ayuda de Ana para realizar estos reportajes, como esta boda de otoño tan entrañable y sentida.

Gracias Andrea y Miguel por compartirlo con nosotras y con todos vuestros amigos.

Un fuerte abrazo

 

Lucía y Ana

Santander 2018