Una boda de otoño

 Se casaron Berta y Chefo. Eligieron el otoño, mi estación favorita y un lugar que me enamora, La Hostería de Castañeda, especialmente cuando sus arboles se tiñen de ocres, rojos y amarillos y empiezan a desnudarse cubriendo la tierra con su manto de hojas en la cálida luz de una tarde de octubre. Y en este espléndido escenario fue un placer para mi realizar el reportaje de esta boda entrañable, la de mi sobrina y Chefo, que decidieron celebrar este día tan especial con todos nosotros.

Iniciamos nuestro reportaje en casa de la novia con algunas fotos de los preparativos. El vestido elegido por Berta, un modelo de Flor de Asoka diseñado por Laure de Sagazán, era cómodo y fácil de llevar. El pelo estaba recogido en un trenzado muy favorecedor, realizado por Bea de Gold Beauty Center, ideal para lucir la mantilla española de encaje de blonda de su bisabuela, que daba el toque retro a una novia muy estilosa que se calzó unos zapatos bajos de ante en tono rosa pálido de Steve Madden. Un look muy natural que completó con los pendientes regalo de sus compañeros de trabajo, la pulsera de pedida de su abuela Sol y el precioso ramo que realizó su tía Ana, La Silvestre, con mucho arte y todo el cariño del mundo.

La decoración floral de la Colegiata y la Hostería también fueron realizadas por La Silvestre, que en esta ocasión se volcó con la boda de su ahijada . Del video se encargó Felipe Gómez Ullate, que nos acompaño en todo momento dando cobertura al evento con gran profesionalidad.

 

La ceremonia en la Colegiata, con la luz de la tarde filtrándose por el pórtico, fue preciosa. La música interpretada por Ars Nova nos hizo disfrutar del momento, y nada más terminar el acto nos llevamos a los novios corriendo al parque de la Hostería para aprovechar las últimas luces del día y realizar el reportaje de la pareja dando un paseo por el campo de polo. Durante el cocktail reunimos a las familias para las fotos de grupo y participamos del aperitivo más relajados de lo habitual pues en esta ocasión ejercíamos también de invitados. Al caer la noche pasamos al salón para disfrutar de la cena sin perdernos la entrada de los novios, el brindis, y la entrega del ramo a Lucía, la hermana de la novia, que creo que hubiera preferido que la tierra se la tragase en ese preciso instante. Ni os cuento la cara que se le puso al pobre Juan ante semejante reto; él sí que se atragantó del susto.

 

Y entre risas y mucho cachondeo terminada la cena, los novios iniciaron el baile, seguidos rápidamente por todos los invitados al ritmo de la música del Dj David Alonso. Mención especial a su tía Mercedes y su prima Jara, que se marcaron unas sevillanas de Ole, ole y ole. También nos impactó el discurso que Javier, el hermano del novio, dedicó micrófono en mano a su mujer Marta, una declaración de amor en toda regla, pues se daba la coincidencia de que esa noche también celebraban su aniversario. ¡Viva el amor!. Seguro que me dejo muchas anécdotas en el tintero, pero no quiero aburrir al respetable. No obviaré que mi hijo y estimado ayudante Miguel, además de realizar un buen trabajo fotográfico en la boda de su prima, se agarró un buen “melocotón” y tuvo que ser trasladado hasta casa en lamentable estado por su prima Mariuca.

 

En fin que olvidos y borracheras aparte, la de Berta y Chefo fue una boda muy especial que tardaremos en olvidar, una boda de otoño, preciosa y divertida, en la que disfrutamos como fotógrafos y como invitados, y este reportaje os lo contará espero mejor que mis palabras.

 

Gracias pareja, feliz singladura.

Lucía Laínz

 


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