...de los que al mal tiempo ponen buena cara y salen a navegar aunque el día sea gris, como el sábado pasado, un día de perros que invitaba a quedarse en casa y no despegarse del sofá.
Llovía pero tenía ganas de hacer fotos, así que me levanté temprano y salí con mi cámara a pasear. Estuve haciendo un pequeño reportaje de los jóvenes optimistas del C.A.R. A pesar del día borrascoso los chavales salían a navegar por la bahía fieles a su cita de los sábados. Mientras tomaba algunas fotos me acordaba de los tiempos en los que yo también era una optimista de 12 años y salía a navegar sin importarme la mojadura. A veces participaba también en alguna regata. Siempre llegaba la última y los de la organización me animaban a terminar, aunque tuvieran que esperar un buen rato por mi culpa. Pero no hay que tirar la toalla, mejor llegar a la meta aunque sea un poco tarde.
Nunca llegué a nada en el mundo de la vela, pero disfruté cada momento y aprendí que lo importante es participar. Cada uno debe marchar a su ritmo, lo importante es disfrutar por el camino, y al final, aunque lleguemos los últimos, alcanzaremos la meta igualmente y éste será nuestro premio.
De aquellos tiempos me ha quedado el espíritu optimista, el que me hace ver la botella siempre medio llena y me anima a continuar en marcha buscando siempre nuevos proyectos, nuevas personas que conocer y nuevas escenas que fotografiar. O ¿por qué no?, nuevas maneras de retratar viejas escenas o personas, que ya conocías pero a las que puedes volver a retratar de diferente manera, puesto que todo cambia y la mirada del fotógrafo también.
Menudo rollo sería si todo siguiera siempre igual.
El viaje continúa “e la nave va….. “
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Sesih la mejoh (lunes, 27 enero 2014 20:52)
Que arte tiene esta señora, ole ole y ole!