MADRID me mata...

 

Madrid me mata...

 

...por la cantidad de cosas interesantes que veo cada vez que voy; siempre termino agotada pero con ganas de volver. El motivo del viaje, en esta ocasión, era doble pues no quería perderme la inauguración de la exposición de Eduardo Momeñe en el Círculo de Bellas Artes, “LAS FOTOGRAFÍAS DE BURTON NORTON”, y además tenía que llevar dos trabajos míos para la exposición colectiva de la Fundación Pablo Horstmann, que se inauguraba al día siguiente también en el Círculo.

 


Disfruté mucho contemplando y leyendo el trabajo de Momeñe, un viaje en el tiempo en el que recorre paisajes de la vieja Europa que nos invitan a soñar con la Historia y los grandes autores que la construyeron, creando una atmósfera muy sugerente, evocadora de los mitos y leyendas de nuestra cultura. Una lección magistral en la que las fotografía y las palabras se funden y refuerzan para potenciar su esencia narrativa. Un excelente trabajo foto-literario del que espero con impaciencia la publicación del libro para dedicarle el tiempo que se merece.

Exposición "OBRAS MAESTRAS DE CATALÁ ROCA" Escaparate del Paseo de Gracia
Exposición "OBRAS MAESTRAS DE CATALÁ ROCA" Escaparate del Paseo de Gracia
Exposición "OBRAS MAESTRAS DE CATALÁ ROCA" La Chunga en Montjuic
Exposición "OBRAS MAESTRAS DE CATALÁ ROCA" La Chunga en Montjuic

Además tuve la gran suerte de coincidir con otra gran exposición que tenía muchas ganas de ver y que me impresionó por la calidad de sus imágenes y su excelente dominio de la luz, en una selección de fotografías de las que me impresionaron especialmente estas dos.

 

 


Como cuatro días dan mucho de sí, aproveché para visitar la exposición del fotógrafo americano William Christenberry en la Fundación MAPFRE y la del diseñador Ron Arad en la sala de Ivory Press. Esta última me encantó por su derroche de creatividad, un auténtico crack del diseño contemporáneo.

También me pasé por La Fábrica, donde aún continúa la expo de August Sander, uno de mis clásicos favoritos, con una selección de retratos breve pero exquisita.

Y como todo no iba a ser fotografía, nos dimos una vuelta por el Museo del Ferrocarril, en el Paseo de las Delicias, donde un fin de semana al mes se celebra el Mercado de Motores, un mercadillo que da mucha vidilla, buena música y mejor ambiente, un sitio genial para hacer fotos al que dediqué la mañana del sábado.

 

 

Por último agoté las pocas energías que me quedaban en el Matadero, otro espacio singular recuperado para el uso y disfrute de los madrileños, junto a la ribera del río, perfecto para pasear y seguir viendo cosas interesantes, jugar un futbolín o comer en su cantina.

Madrid me mata, pero de gusto.

 

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